¡Hoy vuelve a ser día de publicación! Porque ya tenéis en vuestras librerías de confianza y grandes almacenes mi nuevo libro ¡No te pierdas! con el que gané el Premio Ciudad de Málaga este año.
Tengo muchas ganas de que llegue a vuestras manos para que podáis ver lo precioso que ha quedado.
Pero antes… hagamos un breve repaso de algunos de sus primos mayores, títulos que ganaron el premio en alguna de las ediciones anteriores.
EL SECRETO DE OLGA
Olga oculta un enorme secreto en su habitación. Enorme, fresco y esperanzador.
Ella y su mejor amigo Marcos viven en un futuro no demasiado lejano (por desgracia, viendo cómo están las cosas) en el que el mundo está completamente cubierto por basura. Ya no quedan árboles (Olga jamás ha visto uno en persona), ni flores, ni setas, ni plantas de ningún tipo. Lo único que se acumula en las calles y en lo que antes era naturaleza son montañas y montañas de desperdicios.
Lina, la hermana mayor de Olga, necesita conectarse a diario a una máquina que hace flu y fla para que le limpie los pulmones. Pero incluso eso a veces no es suficiente y debe acudir al hospital para recibir el tratamiento de una máquina más potente.
Y precisamente durante una de esas visitas al hospital, a escondidas de todo el mundo (salvo de Marcos, que la ayudará desde su habitación), Olga emprenderá una peligrosa excursión hacia la cima de la montaña donde espera poder encontrar al espíritu del bosque para pedirle ayuda. Necesita solucionar el problema de su hermana y, de paso, el de toda la Tierra.
En El secreto de Olga, Patricia García-Rojo presenta un mundo distópico que se siente terriblemente viable en pocos años si no cambiamos pronto las cosas.
Por suerte, contamos con la esperanza de que todavía existen personas como la pequeña Olga, dispuestas a hacer lo que sea necesario para rescatar el lugar en el que vivimos, el que nos da absolutamente todo. ¡Seamos todos como Olga, por favor!
El libro está estructurado en capítulos muy cortos, escritos con el estilo bellísimo y poético habitual de Patricia García-Rojo. Además, el narrador alterna tres puntos de vista: el de Olga, el de la Tierra (superinteresante y emotivo) y el de un perro que la prota se encuentra durante su aventura.
Algunos de los temas que aborda son la amistad, el amor fraternal, la importancia de cuidar el entorno, la esperanza o la autoconfianza.
La edición es en tapa dura y trae ilustraciones en color, muy simpáticas y expresivas, de la mano de María Corredera.
PATIO DE LUCES
El abuelo de Lea trabaja como portero en uno de los pocos edificios en los que todavía no han sustituido esta figura por un aparato electrónico.
Y como su familia es tan pequeña, los viernes por la tarde Lea tiene que quedarse con su abuelo mientras su madre trabaja. Porque en una oficina es complicado pasar desapercibida, pero en un edificio de cinco plantas es más fácil. Sobre todo con las normas del abuelo: sentarse en el sofá a mirar la televisión y no moverse de allí bajo ningún concepto.
Pero eso es muy aburrido.
Lea prefiere salir al patio y sentarse a observar los tendederos de los vecinos. A través de la ropa que cuelgan, Lea imagina quiénes son y qué hacen en su día a día: un cazador, una anciana viuda, un surfista, una fashion victim y un fantasma.
Lo que pasa es que las cosas a veces no son lo que parecen.
Y Lea acabará haciendo un tour por la escalera, conociendo a los vecinos y haciendo que su pequeña familia se vuelva un poquito más grande.
El estilo narrativo de Érica Esmorís es directo, ameno, cercano y está cargado de sentido del humor, aunque también de ternura, lo que convierte Patio de luces en una lectura divertida que nos muestra que es posible encontrar un amigo en el lugar más inesperado.
En este caso, las ilustraciones corren a cargo de Juan Berrio.
NANA DE LUNA LLENA
Todo el mundo sabe que los vampiros y los hombres lobo se llevan fatal.
Pero Rosa y Bruno, no. O sea, sí lo saben. Pero les da igual. Ellos se llevan de maravilla. Aunque ella es una vampira y él es un niño lobo, les encanta quedar en las noches de luna llena para jugar al póker, hacer excursiones más allá del muro del cementerio y, sobre todo… ¡asustar excursionistas!
Y aquella noche, después de no-morirse de risa al ver a los humanos correr despavoridos, espantados por sus bromas, se dan cuenta de que se han dejado olvidado algo muy importante en el refugio: un bebé.
Rosa y Bruno, ayudados por Fémur, Gripe y Angustias (trillizos no muertos), emprenderán una accidentada aventura rumbo a la aldea de los vivos para devolver al bebé con su familia.
El camino no será nada sencillo, por supuesto. Se encontrarán con diversos peligros, tendrán que superar diferentes pruebas…. ¡y el sol está ya a punto de salir!
Nana de luna llena de Cristina Fernández Valls es una aventura tierna y divertida. Un viaje a través de caminos que pondrán a prueba a los protagonistas, enseñándolos la importancia de la amistad, la lealtad y la confianza en uno mismo.
Los protagonistas son criaturas que deberían ser terroríficas pero que, de tan adorables, sus colmillos afilados, los huesos por fuera y el olor a podrido se vuelven encantadores. ¡Es imposible no cogerles cariño!
Y la ambientación oscura, una noche de luna llena, entre cementerios, castillos abandonados y bosques amenazantes. ¡Me encantó!
Además, la edición trae divertidas ilustraciones a color de Lucía Barrios. ¡Y un mapa de todo el territorio!
¡NO TE PERDAS!
En Sebusca siempre se están perdiendo cosas: las gafas, un guante, un libro de matemáticas, el mando de la tele, el horario de los autobuses… Los vecinos del pueblo ya están más que acostumbrados y han aprendido a minimizar las molestias que esas pérdidas les provocan.
Por eso, cuando justo antes del comienzo del invierno se pierde un niño, nadie parece darle demasiada importancia.
Nadie excepto Jana, que conoce a Timoteo del colegio y no quiere darse por vencida tan pronto.
Pero, sobre todo, porque el día que se perdió Timoteo, Jana encontró dos cosas increíbles. Incluso más increíbles que el propio hecho de ENCONTRAR algo en Sebusca.
No puedo decir lo que más me gusta de la historia, porque quedaría un poco feo, pero sí os diré que es una historia tierna y divertida, que tiene un toquecito de folclore irlandés/escocés, misterio, amistad, compañerismo y patinaje sobre hielo.
La edición que ha hecho Anaya es preciosa y las ilustraciones a color corren a cargo de Eva Carot. Trabajar con ella y mi editora fue una experiencia maravillosa, pues ambas acogieron la historia con muchísimo cariño y se nota en el resultado. Las ilustraciones están llenas de detalles y confieso que cuando vi por primera vez la de la última página se me puso la piel de gallina de tan preciosa que es.
Ahora ¡No te pierdas! ya es vuestro. Ojalá le deis una oportunidad y espero que disfrutéis vuestra visita a Sebusca.