¡Me encantan los libros que tratan de engañarme! El rostro que te di de Sofía Rhei ha sido una novela en la que toda la trama parece estar oculta detrás de una máscara, donde nunca sabes si puedes confiar en el personaje que tienes delante, si será quién dice ser o qué secreto está escondiendo. Y ya te adelanto que acompañar a Bianca en todo ese lío de intrigas y dobles caras ha sido una delicia.
¿Qué he encontrado en El rostro que te di?
Bianca es la hija del ilustre mascheraio Baldacci. Lo que nadie sabes es que las máscaras que tanta fama tienen en la ciudad no están elaboradas por el famoso artesano, sino por la adolescente que observa desde las sombras cuando los clientes acuden a hacer sus encargos.
Así es como Bianca se encuentra por primera vez ante el príncipe Di Stroparli. Acompañado por su asistente, Ermellino ha acudido a casa Baldacci para encargar dos máscaras que usará en los bailes que su madre ha organizado para buscarle esposa.
Pero el pedido del príncipe irá un poco más allá de las obligaciones de un artesano mascheraio y Bianca se verá participando de manera activa en los bailes, envuelta por las intrigas palaciegas, las estratagemas aristócratas y los secretos que todo el mundo parece tener en esa ciudad.
A partir de entonces, Bianca divide su tiempo entre ayudar al príncipe y sacar adelante todos los encargos de máscaras, cumpliendo los estándares establecidos por su padre. Además, poco a poco creará una conexión especial con Carlino (el asistente del príncipe), lidiará con un corazón roto, se debatirá entre lo que se espera de ella y su vocación, hará nuevos amigos y, de vez en cuando, se dará permiso para ser una adolescente más, con sus miedos, sus dudas y esa explosión de sentimientos tan propios de la etapa vital que está transitando.
¿Por qué me ha gustado?
Aunque quizá por la sinopsis no te hagas una idea, la trama es un enredo maravilloso. No sé si se podría decir que hay un misterio claramente principal, sino más bien un montón de secretos, giros inesperados, personajes con dobles caras e intenciones retorcidas, además de las más evidentes intrigas de la corte (evidentes porque sabemos que en los palacios siempre existen, no porque sea fácil atraparlas en la novela).
De hecho, Bianca me fue contagiando todo el rato sus dudas y sus sospechas, haciéndome a mí misma a veces no fiarme siquiera de que fuera ella quien me estaba contando la historia.
La trama en sí misma ya me resultó lo bastante adictiva como para no poder dejar de leer, sin embargo El rostro que te di ha tenido muchísimas más cosas que me han atrapado.
La ambientación
Nos encontramos en un futuro no demasiado lejano. El mundo se acerca a encarar la segunda mitad del siglo XXI y, aunque las tecnologías han continuado evolucionando, el postureo en las redes sociales sigue siendo igual que ahora.
La historia transcurre en una Venecia que, a pesar de la modernidad, mantiene la estética propia de antes del siglo XIX y muchas de sus costumbres, como las representaciones de la Comedia del Arte, los bailes de máscaras, los negocios de artesanos y las normas de protocolo.
Pero es que, además, esta Venecia ha sido comprada por aristócratas japoneses, por lo que ambas culturas conviven en sus calles. Por supuesto, respecto a este tema, podemos ver cómo no todos los personajes lo llevan del mismo modo, existiendo rechazo por parte de ciertos sectores… Te suena ¿a que sí?
La mezcla de ingredientes me ha parecido interesantísima, pues a ratos se me olvidaba en qué época estaba ambientada y me sorprendía al ver a algún personaje usar su relófono futurista para mirar las redes sociales en medio de una escena que podría pertenecer a la Edad Moderna. ¡Una pasada!
Bianca y el resto de elenco de personajes de El rostro que te di
Cuando conocí a Bianca al abrir el libro, lo primero que supe de ella fue que se había llevado un desengaño dolorosísimo por parte de Kiba, un actor que podríamos decir que es su celebrity crush.
Luego, poco a poco, fui conociéndola mejor y descubriendo que era una apasionada del arte, con una sensibilidad extraordinaria para captar los pequeños detalles, en especial de las expresiones de las personas (quizá por eso se le da tan bien su trabajo como creadora de máscaras).
Bianca es generosa, leal, trabajadora, perspicaz y un poco enamoradiza.
Pero también es una adolescente que lidia con los asuntos propios de la edad: los primeros amores, las inseguridades, la importancia de la amistad… y además con el debate sobre si debe seguir aquello que desea hacer o mantenerse firme a lo que los demás esperan de ella.
Me ha encantado ver cómo, a pesar de lo sensible que es y de cuánto le afecta todo lo que ocurre a su alrededor, sin invalidar jamás lo que siente, siempre es capaz de reponerse para seguir adelante, bien sea para cumplir con alguno de sus objetivos, bien para dar un paso más hacia descubrir quién quiere ser o bien para ayudar a otra persona.
Además de todo eso, Bianca es una excelente narradora. Sofía Rhei le cede a ella la palabra para que nos cuenta su historia, con una naturalidad, honestidad e inocencia que ya he dicho antes que consiguió hacerme empatizar con ella hasta dejarme contagiar por sus sentimientos.
Bianca está acompañada por un elenco de personajes diversos, bien desarrollados, con sus propias historias a la espalda y sus propios secretos que Bianca irá desenmascarando a lo largo de las páginas.
La riqueza de elementos
La trama de El rostro que te di se centra en los bailes organizados por la Principessa para buscar esposa a su hijo y todas las artimañas que se llevan a cabo en ellos, pero la autora salpica estas mascaradas con un montón de elementos a través de los que aborda muchos temas importantes sin casi necesitar mencionarlos explícitamente.
Los prejuicios culturales, la diversidad, el amor libre, la amistad, la lealtad, la enfermedad y la visión que la sociedad tiene de los enfermos, el debate moral entre ser uno mismo o cumplir las expectativas que otros tienen de ti, cómo puede afectar un simple comentario malintencionado en redes sociales, la defensa de las propias creencias, las relaciones tóxicas… son solo algunos de los ingredientes por los que está compuesta esta historia.
En resumen…
El rostro que te di de Sofía Rhei me ha parecido una novela juvenil preciosa y completa. Con un ritmo ágil y un trama llena de enredos, me hizo viajar a una Venecia original para acompañar a la protagonista en una doble misión: ayudar al príncipe a casarse con la mujer que ama y descubrir quién es ella en realidad y cuál es su lugar en el mundo