«Un hada con el ala rota» de Chiki Fabregat

Un hada con el ala rota Edebé

¡Hora de volver a la rutina! Y te quiero dar la bienvenida a una nueva temporada de reseñas en este blog de literatura infantil y juvenil con Un hada con el ala rota, una novela muy especial en la que se han unido dos de mis personas favoritas del mundo literario.

¿Quién es Un hada con el ala rota?

Ada tiene diez años y un solo brazo. Desde pequeña, sus padres le han contado que en realidad es un hada a la que se le rompió un ala al nacer y que las otras hadas la dejaron con ellos para que la cuidaran hasta que cumpliera once años. Antes se creía la historia y ahora sigue disfrutando de ella y pidiendo a sus padres que se la cuenten una y otra vez, cada vez añadiendo nuevos detalles.

Lo que pasa es que ahora va a cumplir once años.

¿Vendrán las hadas a recuperarla?

Sabe que seguramente no.

Pero de todos modos el cumpleaños va a ser especial, pues le va a pillar en un viaje escolar a un parque de aventura.

Durante el fin de semana, Ada tendrá que afrontar miedos y tomar decisiones. Aprenderá cosas nuevas sobre sí misma, sobre sus compañeros e incluso sobre la verdadera naturaleza de las hadas.

¿Por qué me ha gustado esta novela?

Podría decir que la ha escrito Chiki Fabregat y acabar la reseña aquí. Pero quedaría un poco pobre y además, tal vez, todavía no has tenido la suerte de leer nada de Chiki y entonces más vale que te explique por qué deberías poner solución a ese asunto.

La dulzura de la historia de Ada

En Un hada con el ala rota conocemos a una niña que no es como el resto de sus compañeros de clase: solo tiene un brazo. Ada es consciente de que hay cosas que no puede hacer (como trepar por una cuerda con nudos) y otras que tiene que hacer de diferente modo (atarse los zapatos o abrir el paquete de gominolas), pero aun así es una niña feliz, con una mejor amiga increíble y unos padres que la adoran.

Un hada con el ala rota

Sin embargo, durante la visita al parque de aventura los acontecimientos parecen complicarse un poco más de la cuenta. Carol de repente se ha hecho amiga de los cabezas-hueca. Esos mismos cabezas-huecas que la han retado a tirarse por una tirolina enorme que hay en el parque. Además, todos sus compañeros y monitores parecen pasarse el día cuchicheando y riéndose de ella. Ada empezará a sentirse mal, traicionada e incluso avergonzada por haber dado tanta importancia a una historia sobre hadas.

Pero, más tarde, se dará cuenta de que las cosas a veces no son como parecen, que está rodeada de personas que la quieren y que la valentía se puede mostrar de formas muy distintas.

Todo ello está narrado por Ada, con una dulzura y una inocencia que traspasan las páginas. La niña pasa por diferentes estados de ánimo, desde la ilusión a la decepción, al miedo, a la vergüenza y a la felicidad…

Una cosa que me ha encantado de Ada es que conoce sus limitaciones, pero no se rinde a ellas, sino que siempre trata de encontrar un modo de suplir eso que no tiene.

Y yo no voy a negar que me emocioné mucho con los capítulos finales. Quizá, solo quizá, se me escapó alguna lagrimita. Pero es que Chiki Fabregat siempre consigue eso conmigo, qué le vamos a hacer.

La ambientación

¡Me encantó que la historia esté situada en un parque de aventuras! La ternura de la historia de la prota se complementa perfectamente con lo divertido que es el contexto en el que ocurre. La emoción por pasar varias noches fuera de casa, el reparto de literas, las actividades, los picnics… y, por supuesto, la magia del bosque.

Las ilustraciones de Un hada con el ala rota

Ya he dicho al principio que en esta novela se unían dos personas que me encantan. Así que después de hablar del texto, no puedo dejar de comentar las ilustraciones de María Brenn. Sus líneas definidas, sus formas redonditas, la dulzura de los personajes y los detalles de los escenarios… siempre me obligan a detenerme a fijarme en cada una.

Por supuesto, son todas a color y la mayoría a página completa.

En resumen…

Un hada con el ala rota me ha parecido una novela infantil preciosa, emotiva, tierna y muy entretenida. Una historia de superación que también nos habla de amistad, de no dejarse llevar por los prejuicios o las falsas apariencias, de valentía y de lo importante que es no dejar de creer, de un modo u otro, en la magia de la vida.

*Recomendada por la editorial a partir de 10 años.

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