Cuando dos enmascarados secuestran tu colegio puedes hacer dos cosas: huir sin mirar atrás o trazar un Plan de rescate digno de los mejores superhéroes del planeta. ¿Tú qué harías? Por supuesto, los protagonistas de esta novela infantil eligieron la segunda opción. Aunque las cosas no siempre salen según lo previsto…
¿Y de qué va este Plan de rescate?
Como cualquier otro día, Noela, Xeila y Héitor están trabajando con su profesora en el aula de apoyo.
Pero este día no va a ser como otro cualquiera.
Lo primero porque Aldán se ha unido a ellos hace unos minutos. Y eso ya es un poco extraño, pues Aldán suele tener su propia tutora para él solo.
Pero ha pasado algo todavía más raro: un estruendo descomunal ha roto el silencio del colegio, la profesora ha salido a comprobar qué estaba pasando… ¡y no ha vuelto!
Tras esperarla durante un tiempo que consideran prudencial, los niños deciden que ha llegado el momento de tomar la iniciativa. Lo primero que hacen es encender el ordenador (porque la profe no suele permitirlos usarlo muy a menudo y hay que aprovechar la ocasión). Es entonces cuando, por casualidad, descubren lo que ha ocurrido: dos enmascarados han asaltado el colegio, tienen a todos los alumnos y profes secuestrados en el comedor… ¡y llevan escopetas!
Los estudiantes del aula de apoyo podrían escapar fácilmente. Nadie sabe que están ahí y disponen de una salida justo al lado. ¡Pero eso sería demasiado sencillo y nada emocionante!
Así que, después de incorporar de manera inesperada a un nuevo miembro al grupo, trazan un plan infalible, en el que cada uno de ellos aportará sus capacidades especiales para salvar al colegio entero y convertirse en héroes.
Lo que pasa es que, como ya sabes, los planes infalibles pocas veces salen como uno esperaba. Y esta no va a ser una excepción…
¿Por qué me ha gustado?
Con Plan de rescate, Antía Yáñez nos plantea una aventura divertida, emocionante, con un montón de palabrotas, un poco de sangre, escopetas y golpetazos. Pero también nos propone un sinfín de reflexiones importantes, nos habla de amistad, de valentía y hasta de un poquito de amor (para disgusto de la narradora). Pero, sobre todo, esta novela es un canto a la diversidad y a la convivencia.
Por los protagonistas
Xeila, Héitor, Aldán y Noela acuden cada día a trabajar al aula de apoyo del colegio. Así que, como te puedes imaginar, no cumplen los estándares que la sociedad ha establecido como «normales». Noela odia esa palabra, por cierto. Y no me extraña.
Noela se mueve en silla de ruedas, porque sus piernas no funcionan. Adora la velocidad y su lengua corre a la misma velocidad que lo hará su silla cuando por fin consiga tunearla con ese motor supersónico que ha pedido por navidad.
Xeila tiene síndrome de Down, sus facciones son peculiares y le cuesta un poco más que al resto entender las explicaciones de los profesores. Es muy lista, educada y sabe defenderse a sí misma sin depender de nadie.
El cuerpo de Héitor a veces hace movimientos que no puede controlar. Además, cuando se pone nervioso tiende a gritar sin poder evitarlo.
Y Aldán no habla, ni le gusta que le toquen y a veces se queda mirando el techo como si nada de lo que sucede a su alrededor fuera con él. Pero en realidad se entera de todo y es capaz de comunicarse perfectamente a través de un taquito de pictogramas que siempre lleva consigo.
A través de este grupo variopinto, Noela hace una reflexión muy acertada e interesante acerca de la diferencia entre «normal» y «normativo» que, por cierto, me tocó mucho porque me afecta de manera personal. Noela explica cómo tuvieron que adaptar el colegio cuando ella llegó y expone que sus limitaciones no son tanto culpa de que sus piernas no funcionen, sino de que el mundo está configurado pensando exclusivamente en unos pocos, en esos que cumplen las reglas de normatividad que la sociedad ha establecido de manera totalmente artificial. A los demás, no nos queda más remedio que adaptarnos de la mejor manera posible.
Aparte de esto, por supuesto, la novela aborda el tema de los prejuicios, pero también habla de amistad, de trabajo en equipo, de valentía y de afán de superación, entre otras cosas.
Por el tono narrativo
A lo mejor, después de leer lo que te he explicado sobre la historia, te estás imaginando que está narrado en un tono triste, serio, solemne… ¡Pues nada más lejos de la realidad!
Por supuesto, Noela sabe ponerse seria cuando tiene que contar algo importante, pero, en general, es una narradora sin pelos en la lengua. No solo es la mayor fan de las palabrotas que existe, sino que es una niña de lo más locuaz, es ingeniosa, tiene respuestas para todo y un sentido del humor tremendo.
Su modo de contar la historia, describiendo no solo lo que ocurre, sino también cualquier otra cosa que le pasa por la cabeza, convierte la historia en una aventura divertida, con un ritmo trepidante y un montón de toques de humor. Las apreciaciones que incluye entre paréntesis no tienen desperdicio.
En este sentido, me ha encantado y agradezco que la autora haya decidido abordar este tema desde un punto de vista tan fresco y cercano, sin buscar el drama, simplemente dándole a estos niños una aventura como la que podría haber vivido cualquier otro tipo de personaje de los que sí estamos acostumbrados a leer, porque estos niños «no normativos» también merecen ser protagonistas.
En resumen…
Plan de rescate de Antía Yáñez me ha parecido una propuesta muy original, una aventura divertida y emocionante, con un mensaje importantísimo abordado desde una perspectiva muy acertada. Un canto a la diversidad y una reivindicación de que todos tenemos derecho a ser protagonistas de una aventura. Lectura muy recomendada.
La edición además trae ilustraciones en color de Xiana Teimoy, donde podemos ver a los protagonistas y los pictogramas con los que Aldán se comunica.
