El sábado, la Casa del Libro de Gran Vía de Madrid se llenó de fantasmas en la presentación del libro Fantasmada. También hubo castañas, lápices de colores y un montón de gente fantástica.
Si te digo la verdad, casi me convierto en un fantasma yo misma antes de llegar. Llevaba desde febrero del año pasado sin pisar el centro de Madrid. Y reencontrarme con las calles abarrotadas, en pleno puente de diciembre, con las luces de Navidad ya encendidas, no parecía una idea demasiado sensata.
Pero sobreviví y todo el estrés del «viaje» hasta allí mereció la pena.
La presentación del libro
El evento iba de fantasmas y a los fantasmas hay que invocarlos porque no van a aparecer así como así. Suelen estar muy ocupados.
Así que eso fue lo que hizo la presentadora.
Tras darnos instrucciones practicas sobre cómo reaccionar ante la aparición de un espectro, con voz de ultratumba (y unas castañas que llevaba en una bolsita), fue llamando a los cinco autores del libro para que ocuparan la parte central y hablasen cada uno de su cuento.
Diego Arboleda trajo El pacto fantasmal en la Biblioteca Nacional, donde conocemos a un espectro que reside en el emblemático edificio y que pide ayuda a una niña para conseguir un regalo de cumpleaños lo bastante impresionante como para deleitar a su amiga.
Ana Campoy nos trasladó al Jardín del Turia de Valencia con Demasiado grande, demasiado pequeño, para acompañar a la escultura de Gulliver y a un pequeño fantasma en su misión de descubrir por qué no hay ningún niño en el parque.
Con Ledicia Costas nos pusimos navideños, pero no mucho, porque la sociedad fantasmal de Las tinieblas de Vigo está planeando apagar toda la iluminación festiva de la ciudad.
Patricia García-Rojo, aunque confesó que le daba miedo que el fantasma de su cuento apareciera de verdad, nos condujo por los pasillos más antiguos del Conservatorio de Jaén a buscar la partitura de Canción para Marina.
El Hematocrítico nos presentó al fantasma más clásico de todos sus compañeros, de esos que llevan sábana y ocupan casas antiguas. Pero con la Mudanza Macabra este espectro encontrará una compañera para ver películas y un negocio para emprender.
Por último, pero no menos importante, Eugenia Ábalos nos contó un poco de cómo había sido la experiencia de ilustrar el libro y cómo creó los diferentes fantasmas, ayudándose de los lápices de colores y las acuarelas, que son de sus técnicas favoritas.
Después llegó el momento de las fotos y las dedicatorias.
Fantasmada, un libro con cinco historias
Fantasmada, como puedes ver, es un libro que recoge cinco cuentos escritos por cinco de los autores más importantes de la literatura infantil y juvenil española.
Aunque todas las historias giran en torno a un fantasma o un grupo de ellos, cada una está abordada desde el punto de vista y el estilo personal de su autor. Esto hace que sean historias muy variadas, con protagonistas de lo más variopintos y ambientadas, cada una de ellas, en una ciudad española diferente.
Esta variedad también se puede apreciar de manera visual en las ilustraciones, pues ningún fantasma es igual que otro y cada cual tiene su propia personalidad.
En lo que sí coinciden es en que los cinco son relatos llenos de sentido del humor, intriga, amistad y por supuesto mucho ectoplasma.
La presentación del libro Fantasmada fue un evento bastante ameno y divertido. Y un buen reencuentro para mí con las celebraciones literarias. ¡Pronto más!
