¡Qué difícil me resulta escribir la reseña de Reyes de la montaña sin hacer spoilers! Y es que no quiero hacer spoilers, porque una de las mejores cosas de la novela es ir descubriendo lo valiente que fue Daniel Hernández Chambers al escribirla. Podía haber elegido el camino fácil, pero no lo hizo. Y no digo más.
DE QUÉ VA REYES DE LA MONTAÑA
La trama empieza con un grupo de diez chicos y chicas, residentes de un Centro de Menores, que salen de acampada con uno de sus monitores para hacer un ejercicio de convivencia, trabajo en equipo y un poco de desconexión del ritmo desenfrenado de la vida diaria.
Pasarán dos semanas en plena naturaleza, viviendo en tiendas de campaña, cazando y pescando su comida, colaborando entre todos para mantener el campamento en orden. También habrá tiempo para hacer excursiones y sentarse alrededor de la hoguera a contar historias…
Lo que no habrá serán móviles, ni ningún otro aparato electrónico.
Solo ellos y la naturaleza.
Pero cuando pasan los quince días de acampada y regresan al refugo para recuperar sus cosas y volver al Centro, sospechan que algo terrible ha pasado. Tras unos primeros momentos de desconcierto y negación, descubren que, aparentemente, un virus ha terminado con toda la humanidad.
Solo quedan ellos.
A partir de ese momento, los chicos deberán empezar a tomar decisiones sobre qué hacer, cómo organizarse y a dónde ir… y será entonces cuando se vean atrapados en un conflicto mucho mayor que el hambre y el frío que les amenazan desde fuera.
¿Serán capaces de ponerse de acuerdo? ¿Estarán dispuestos a colaborar y juntos mantenerse a salvo? ¿O todo lo contrario? ¿Realmente merece la pena mantenerse a salvo cuando ya no queda nada? ¿Merece acaso el ser humano ser salvado o se ha buscado él mismo la extinción?
Son muchas preguntas cuyas respuestas encontraréis en la novela. Bueno, solo a algunas de ellas. Para las demás tendréis que reflexionar con vosotros mismos. Y, tal vez, para otras ni siquiera existe una respuesta correcta.
QUÉ ME HA GUSTADO DE ESTA NOVELA
Yo juré y perjuré que jamás leería una novela con una trama inspirada en la pandemia. Y, sin embargo, Reyes de la montaña me ha tenido enganchadísima de principio a fin. Ha sido una de esas lecturas que cogía en cada ratito libre para avanzar aunque fuera unas páginas. Y es que, a cada momento, los chicos debían enfrentarse a un nuevo desafío, tomar una nueva decisión, plantearse un nuevo debate moral.
LA AMBIENTACIÓN
La ambientación, como no podía ser de otra manera, es totalmente apocalíptica. Un bosque vacío, salvaje… y más allá de sus fronteras, desolación, ruinas, muerte, incertidumbre. Aquí y allá, amenazas. Incluso provenientes del interior mismo de los chicos.
Creo que esta ambientación también me ha ayudado a meterme más en la historia porque, aunque el virus es el desencadenante de todo, realmente la mayor parte del tiempo la trama se centra en la supervivencia y la convivencia (o no) del grupo dentro de ese escenario hostil, dejando al virus como amenaza que les sobrevuela pero no haciéndolo tan protagonista como se podría esperar. Yo lo he agradecido mucho.
EL ESTILO NARRATIVO
El estilo de Daniel Hernández Chambers es muy ágil, con muchos diálogos y, al mismo tiempo, muy envolvente. Las descripciones, aunque breves, transmiten tan bien la fiereza del entorno y de la situación de los personajes, que te envuelve de manera irremediable.
Es imposible quedarse impasible mientras lees, es imposible no sentir angustia, rabia, lástima, esperanza… porque las páginas te atrapan haciéndote totalmente participe de lo que está pasando.
Incluso en un momento dado pensé que me iba a dar tos… No digo más.
EL MODO DE CONOCER A LOS PERSONAJES
El grupo, como digo, está formado por seis chicos y cuatro chicas, procedentes de un Centro de Menores. Ninguno de ellos se apuntó a la aventura por voluntad propia, sino que fueron seleccionados por Ramón, el monitor, tras varias evaluaciones y entrevistas.
Fueron seleccionados por Ramón porque creía en ellos, porque aunque las instituciones los había declarado prácticamente desechos de la sociedad, él estaba convencido de que con ayuda, apoyo y un poco de cariño, podrían salir adelante y conseguir dejar atrás su negro pasado.
A lo largo de los primeros capítulos vamos conociendo brevemente a cada uno de ellos y cuál fue el delito que cometieron. Pero es después, según avanza la historia, cuando los conocemos realmente a través de sus palabras, sus acciones, sus reacciones, lo que piensan, lo que sienten, lo que muestran, lo que ocultan, sus errores, sus aciertos, sus miedos…
Es verdad que al ser tantos, en algún momento me costó un poco centrarme, pero después, a medida que los fui conociendo más, resultaba cada vez más sencillo identificar quién era cada uno simplemente por cómo reaccionaba ante cada situación.
LOS TEMAS QUE PLANTEA
Reyes de la montaña ahonda en la complejidad de ser humano. ¿Cómo reaccionaría en una situación extrema? ¿Es verdad que la convivencia crea lazos? ¿O los destruye? ¿Es cierto que ante una situación de abandono buscamos siempre la compañía de otros? ¿O es realmente el hombre un lobo para el hombre? ¿Somos buenos por naturaleza? ¿Todo el mundo tiene un lado malo?
Podría pasarme un día entero aquí planteando preguntas, pero creo que lo más interesante del libro es que nos pone a un grupo de protagonistas de los que, de primeras, lo más fácil es desconfiar. La justicia los ha condenado como criminales y realmente sí cometieron esos delitos por los que se los acusó.
Y aun así, a lo largo de las páginas vemos que todos son diferentes entre ellos, que cada uno reacciona de manera distinta, que tiene motivos diferentes a los que aferrarse, que sus prioridades no siempre coinciden… que están hechos de un abanico muy amplio de escala de grises, como cualquier persona, en realidad.
EN RESUMEN
Reyes de la montaña de Daniel Hernández Chambers fue el ganador de la modalidad juvenil del Premio Edebé de este año 2024.
Para mí ha sido una lectura muy intensa y sumamente interesante, plagada de cuestiones sobre las que reflexionar en soledad o debatir en grupo. Una novela con una trama distópica muy emocionante que me atrapó por completo.
