«El cofre de Nadie» de Chiki Fabregat

El cofre de Nadie reseña

Con El cofre de Nadie, Chiki Fabregat ganó el Premio Gran Angular (SM) en 2021. Recuerdo muy bien la gala, porque la vi sentada en el suelo de mi salón, con el ordenador encima de la mesa baja, mientras jugaba con mi perrita a esconderle premios en una manta.

También recuerdo que Chiki contó que el título fue cosa del corrector del móvil, que le cambió Nadia por Nadie. Y que esa trampa tecnológica que tanto solemos detestar, en este caso, tuvo una gran importancia en la historia.

¡Desde entonces llevaba yo queriendo leer la novela!

Hasta que el mes pasado fui al FestiLIJ y la compré porque ya no podía seguir retrasando el momento.

Y en estas semanas la he leído ya dos veces… Por algo será.

Pero ¿de qué va El Cofre de Nadie?

Nadia es feliz con poco. Le gusta su vida perfectamente ordenada y predecible. Los desayunos gordos de los sábados con su padre, las charlas con su mejor amigo Hugo y las visitas a los abuelos durante las vacaciones.

Siempre ha sido así. Desde que su padre la adoptó mientras trabajaba en Kenia como médico.

De allí, ella no recuerda nada. No era más que un bebé. Y lo único que conserva es un viejo cofre con tres objetos en su interior: un muñeco de palos, un trocito de tela y un burruñito de lana sin hilar. Su cofre de vida. El que se supone que custodia quién es ella y qué es importante en su vida.

Pero un buen día esa burbuja se rompe. Su padre tiene novia. Esa novia tiene una hija llamada Érika. Y ambas entran en la vida de Nadia, dejando la puerta medio abierta.

Y justo, por esa puerta, durante una fiesta en casa organizada por Érika aprovechando la ausencia de padres, se colará alguien que pondrá patas arriba la estabilidad de las creencias de Nadia.

A partir de una serie de preguntas sobre su cofre, todo lo que Nadia consideraba como su pasado (y su presente) empieza a resquebrajarse. Las dudas, los miedos, los recuerdos que quizá no son tal, la amenaza de las mentiras… conducen a Nadia a empezar a investigar la verdad sobre su cofre.

Pero esa investigación irá más allá de esos tres objetos desconocidos, pues le hará replantearse quién es ella en realidad, qué es lo que le importa en la vida, qué quiere para sí misma y quiénes son esas personas que ya forman parte de su mundo.

el cofre de nadie

¿Por qué me ha gustado?

El cofre de Nadie es uno de esos libros que, una vez que empiezo, ya no puedo soltar. Y no tanto porque la trama tenga ese punto de intriga, sino porque no quería separarme de los personajes, necesitaba seguir acompañándolos y ver cómo afrontaban la etapa de cambios que estaban viviendo. No podía abandonarlos sin saber si eran capaces de salir adelante.

Y quizá, solo quizá, terminé con unas cuantas lagrimitas por la cara.

Estilo narrativo

Por supuesto, el estilo narrativo de Chiki Fabregat también ayuda a que el libro sea un page-turner.

Escrito de un modo sencillo y directo, sin demorarse más de lo necesario en las descripciones, pero remarcando los pequeños detalles que nos ayudan a entender lo que están sintiendo los personajes: un gesto, un suspiro o incluso el entorno que acompaña el modo en el que actúan.

Además, la narración me hizo sentir la historia como algo muy cercano, tangible, como algo que podría estar pasando ahora mismo en las calles de mi barrio, en el piso de arriba o en el descampado de enfrente de casa.

Por la diversidad y la riqueza cultural

Lo que he contado arriba no podría funcionar sin los personajes, que llevan todo el peso de la trama sobre sus hombros. Son ellos los que cuentan. Lo más importante es lo que sienten, lo que piensan, lo que temen… Y resultan tan creíbles, tan reales, tan humanos, que aportan un extra más de cercanía y verosimilitud a la historia. Nadia, Erika, Matu, Hugo, Mario, Lola… hacen que te creas lo que te están contando.

Y no solo eso. También conforman un precioso abanico de diversidad, tanto social como cultural o sexual. Y este ha sido uno de los aspectos que más me han gustado de la novela, en especial poder ver cómo, en una misma ciudad, puede haber tantísima diferencia entre un barrio y otro, y cómo esta diversidad aporta riqueza a quien se molesta en convivir, en escuchar y en interesarse por las personas que tiene alrededor.

Por la cantidad de temas importantes que trata

Además de hablar de diversidad y riqueza cultura, El cofre de Nadie aborda la lacra de las relaciones tóxicas, pero también habla de amistad, de aceptación, de la búsqueda de la propia identidad, de que el amor sincero es más poderoso que el ADN, de empatía o de comunicación.

¿Quién lo ha escrito?

chiki fabregat

Chiki Fabregat nació en Madrid y creció rodeada de historias gracias a su padre, escritor de cuentos infantiles.

Es autora de novelas para niños y jóvenes, además de profesora y directora del departamento de Literatura Infantil y Juvenil de la Escuela de Escritores.

Entre sus novelas se pueden encontrar la trilogía Zoila (Edebé), Trece días para arreglar a papá (Diquesí) o Cuando la luna llora (con la que quedó finalista en el Premio Edebé).

Y, por si todo esto fuera poco, también lleva un blog en el que cuelga reseñas, artículos sobre LIJ y reflexiones sobre escritura.

A ti también te gustará El cofre de Nadie si…

Te gustan las historias sencillas, pero poderosas y emocionantes. Las novelas con tramas que podrían ser reales, que indagan en lo que sienten los personajes en su interior, que plasman la riqueza de la diversidad… que te atrapan y se te clavan en el corazoncito.

Esta entrada tiene un comentario

  1. Chiki

    Muchas gracias por esta lectura tan generosa.

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