«La chica de hielo» de Andrea Tomé

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Como muchas otras cosas, La chica de hielo de Andrea Tomé se hizo esperar más de la cuenta, por culpa del maldito virus y de todos los desbarajustes que ha traído consigo.

Pero la espera ha merecido la pena y una vez que lo tuve en mis manos pasó directamente al número uno de la fila de próximas lecturas. Porque todo lo que escribe Andrea es un acierto para mí, así que este no iba a ser una excepción.

¿De qué trata La chica de hielo?

Carmen tiene diecisiete años y un gran futuro en el mundo del patinaje artístico sobre hielo. El hielo la apasiona, es su vida… tanto que se trasladó a Toronto para entrenar bajo la tutela de un prestigioso patinador, con la temporada olímpica brillando ante sus ojos.

Sin embargo, su futuro, su visión del mundo y absolutamente toda su vida se ven truncados en el momento en el que sufre una violación por parte del hombre que debía haber cuidado de ella durante su estancia en Canadá.

A partir de esa espantosa experiencia, la Carmen entusiasta, alegre, apasionada y decidida desaparece bajo una losa terriblemente pesada. Y una grave lesión la aparta del patinaje y la devuelve a su casa en España, donde todos esperan que se recupere, vuelva a ser ella misma y retome su vida a tiempo de reengancharse a la siguiente temporada deportiva.

Pero Carmen ya no es Carmen. No come y no siente porque cree que no lo merece, tiene pesadillas con el monstruo que la destrozó, calla porque nadie va a creerla, su propio cuerpo la aterra y desde luego no contempla la posibilidad de volver a poner las cuchillas de unos patines en el hielo.

Por suerte, en la sala de espera de la psicóloga del instituto encontrará a otras cuatro personas con heridas profundas como las suyas, que hablan su mismo idioma y que saben lo que es cargar con el dolor en un mundo que parece no estar hecho para ellos. Juntos, crearán una familia muy especial y recorrerán el duro proceso de la sanación, poquito a poco, en busca de ese futuro que los está esperando al otro lado del oscuro telón que los rodea.

¿Por qué me ha gustado esta novela?

la chica de hielo andrea tomé portada

Por la evolución del conflicto

Carmen sufre un trastorno de la conducta alimentaria, además del trauma tras haber sido víctima de una violación. A lo largo de las páginas la vemos acudiendo a terapia y enfrentando el proceso de sanación, mientras trata de continuar con la vida cotidiana de cualquier chica de su edad (ir a clase, estudiar, pasar tiempo con su hermana, ver a sus amigos…).

Todo este proceso está abordado no solo con mucho respeto y sensibilidad, sino también de un modo totalmente creíble. Nada se resuelve rápido, ni mágicamente, ni se romantiza ninguna de las fases. Es un proceso que se muestra durísimo, irregular, con pequeños avances y grandes retrocesos, con sentimientos contradictorios, con momentos en los que parece que no lo va a conseguir… Que se muestra real.

Y sufres, sufres con Carmen porque, mientras lees, sabes que hay muchísimas Cármenes de verdad por ahí, lidiando con un proceso similar o diferente, pero en cualquier caso devastador, aterrador e injusto.

Por los personajes y el vínculo que crean

Carmen, Daniel, Eli, Nikolai y Kala son compañeros de clase, pero donde de verdad se fijan unos en otros por primera vez es en la sala de espera de la consulta de la doctora Pena, la psicóloga del instituto.

Tras un altercado en el aula y un castigo de lo más injusto, comenzarán a establecer unos lazos muy especiales que los unirán como familia elegida, pero también en relaciones más íntimas, basadas en pequeños secretos que todos ellos guardan en su interior y que acabarán compartiendo a medida que descubran quiénes son de verdad esas personas que se han convertido casi por casualidad en parte fundamental de sus vidas.

Todas las relaciones que se van construyendo se cuecen a fuego lento e, igual que el proceso de sanación de Carmen, no siguen un avance lineal. A veces se acercan unos a otros muy rápido empujados por un suceso concreto, pero a veces alguien dice algo que hace retroceder o araña un poquito la capa de confianza que se estaba creando.

Esta parte de la novela también me ha parecido muy creíble, porque no ocurre nada de manera instantánea y, además, todos ellos son seres humanos imperfectos, con heridas, con miedos, con deseos… con todo eso que consigue que te creas que pueden salir del papel y convivir contigo en el mundo real.

Por el estilo narrativo

Ya lo he dicho más veces, pero me encanta cómo escribe Andrea Tomé. Tiene un estilo muy personal, sensorial, delicado, cuidado… pero fresco y ágil al mismo tiempo.

Su narración, por muy dura que sea la historia que cuenta, siempre hace que me traslade a una burbuja acogedora desde la que siento que puedo observar a los personajes a través de un filtro fotográfico tono sepia.

Creo que podría reconocer un libro suyo si me lo dieran a leer sin decirme que lo ha escrito ella.

Si que es verdad que, en este caso concreto, la ambientación de Endora se me hizo un poco cuesta arriba; pues se supone que es un municipio ficticio de Madrid, pero no me recordaba a nada parecido, sino a algún lugar muy americanizado.

Pero dejando eso de lado, es una novela de Andrea Tomé y todavía no ha publicado nada que no me haya gustado.

Las descripciones de los personajes, de los pequeños espacios que sirven de refugio a los personajes, las sensaciones que provoca el entorno en los protagonistas, la angustia sin caer en escenas demasiado explícitas… todos esos detalles que forman parte de su estilo están presentes y hacen que siempre sea un placer leerla.

¿Quién lo ha escrito?

Andrea Tomé autora

Andrea Tomé es una escritora gallega, conocida por sus novelas Corazón de mariposa, Entre dos universos, Desayuno en Júpiter, El valle oscuro o La luna en la puerta.

Actualmente vive en Londres y trabaja en el mundo editorial.

Además de llevar su propio blog literario, suele estar muy activa en Twitter, donde comparte consejos de escritura y habla sobre temas sociales, historia, salud mental o patinaje sobre hielo, entre otros.

A ti también te gustará La chica de hielo si…

Te gustan las historias donde lo importante son los personajes y lo que ocurre dentro de ellos, que abordan problemáticas reales desde una perspectiva valiente y honesta, nada idealizada, pero dejando abierta la puerta a la esperanza.

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