«Los mapas del agua» de Ricardo Gómez

Los mapas del agua - Ricardo Gómez. Premio Anaya

Una de las mejores cosas que tiene leer es que te permite viajar sin necesidad de preparar la maleta, esperar filas eternas para embarcar o siquiera comprar un billete. Y el viaje siguiendo Los mapas del agua de Ricardo Gómez ha sido uno de esos que te mantienen todo el tiempo con los sentidos bien abiertos para empaparte de cada detalle de lo que te rodea. Porque esta novela, ganadora del Premio Anaya de literatura infantil de este año, es, ante todo, una obra bellísima, delicada y evocadora.

¿A DÓNDE LLEVAN LOS MAPAS DEL AGUA?

Al abrir el libro nos encontramos en un poblado en algún lugar del desierto. Como cada noche, los niños acuden a sentarse alrededor de la Vieja Contadora de Historias para que les narre una de las leyendas que sustentan la cultura del poblado.

La Vieja Contadora solía ser también la N’Wone del poblado, la mujer-agua, la encargada de escuchar y localizar las pequeñas reservas de agua que se mantienen ocultas bajo la arena y que son la misma sangre del desierto.

El problema es que su cuerpo ha envejecido y sus piernas ya no le permiten salir al desierto a escuchar. Su hija, la siguiente N’Wone, murió demasiado pronto. Y ahora, Nanga, su nieta, con tan solo ocho años, está destinada a convertirse en la nueva mujer-agua.

Pero los habitantes del poblado no están muy seguros de que pueda hacerlo…. Nanga es demasiado joven y su madre apenas tuvo tiempo para enseñarle a escuchar al desierto. Las lluvias cada vez son menos frecuentes y el agua del pozo del que se alimenta el poblado empieza a tener un sabor demasiado salado.

Y sin agua no hay manera de sobrevivir en el desierto.

¿Será capaz de Nanga de salvar a su poblado?

LO QUE MÁS ME HA GUSTADO DE LOS MAPAS DEL AGUA

Los mapas del agua es una novela infantil preciosa, que nos lleva de viaje a un lugar totalmente diferente al que estamos acostumbrados a habitar, a un mundo prácticamente opuesto al nuestro, donde cada miembro del poblado tiene su función y todos mantienen una conexión irrompible con el medio en el que viven.

LOS PERSONAJES Y SU CULTURA

Sin duda, creo que uno de los puntos más fuertes de esta historia son sus personajes, incluyendo al propio desierto como uno más.

El poblado en el que vive Nanga crece en total conexión con el desierto. No solo dependen de sus dones para sobrevivir, sino que las leyendas que sustentan su cultura se basan en elementos mitológicos sacados de él. Allí no hay prisa, se sigue el ritmo que marca el desierto, con sus subidas y bajadas de temperatura, sus tormentas y sobre todo, sus escasas reservas de agua.

Casi en cuanto nacen, cada miembro del poblado sabe cuál será su rol en la comunidad. Forman una unidad que funciona perfectamente y en la que todos se saben igual de importantes. No necesitan tener a nadie que dé órdenes al resto, no necesitan figuras de autoridad, pues todos respetan la comunidad y trabajan por el bienestar común. Asimismo, se da mucho valor a las personas mayores, sin cuya sabiduría sería imposible seguir adelante.

Los mapas del agua - Ricardo Gómez

Una curiosidad que me ha encantado es que no tiene mapas como tal, sino que a medida que recorren el desierto van poniendo nombres a ciertos lugares y luego se los cantan unos a otros para aprenderse los mejores caminos para llegar a cada sitio.

Es una cultura muy interesante y en el libro podemos asistir a algunas de sus ceremonias y escuchar algunas piezas de su mitología, siempre en relación con el desierto, con la Tierra.

La única que tiene un rol especial dentro del poblado es la N’Wone, la mujer-agua. De ella realmente depende la supervivencia del poblado, pues sin agua… Ya sabes. Y Nanga también lo sabe. Por eso a veces envida a su hermano, que no tiene esa responsabilidad. Y a veces se siente asustada, incapaz o piensa que no quiere ser una mujer-agua.

La evolución de este personaje es maravillosa por lo poderosa y sutil que es al mismo tiempo. A pesar de todas las inseguridades que tiene y de las dudas que recibe desde el exterior, Nanga es capaz de seguir adelante, de escuchar al desierto, de escucharse a sí misma y emprender ese importante viaje que la lleva en busca de agua, pero, sobre todo, en busca de su lugar en el mundo.

La relación de Nanga con Rai, su hermano, también me ha parecido muy bonita. Aunque los dos saben cuál es su misión y su rol dentro del poblado, por encima de todo, son hermanos y como tal cuidan el uno del otro, saltándose a veces la orden de que una N’Wone siempre tiene que ser protegida por encima del resto.

LOS TEMAS QUE ABORDA LOS MAPAS DEL AGUA

Además de enseñarnos una realidad social y cultural totalmente distinta a la nuestra, dando así una pequeña muestra de la gran diversidad que existe en el mundo, en Los mapas del agua se tratan otros temas de un modo perfectamente integrado en la historia.

Por un lado tenemos la evolución de Nanga, que nos habla de la importancia de creer en uno mismo, incluso cuando los demás dudan, de seguir adelante, de no rendirse y, sobre todo, de dedicar tiempo a conocerse a uno mismo, pues solo así es posible encontrar el lugar al que de verdad pertenecemos.

También se refleja entre las páginas la importancia de cuidar el entorno. El poblado está totalmente conectado con el medio en el que viven, para lo bueno y para lo malo. El desierto les ofrece lo que necesitan para sobrevivir, pero también les enseña a cuidar de sí mismos, les pone retos… A cambio, ellos lo consideran un elemento fundamental en sus vidas, respetan sus tiempos, lo cuidan. Y aun así, ni siquiera allí se mantienen a salvo del cambio climático, pues las lluvias cada vez son menos frecuentes.

Aunque es evidente que mi vida es mucho más cómoda (desde mi punto de vista, al menos) sí que es verdad que he sentido envidia por esta conexión tan especial que los personajes tienen con la naturaleza. Creo que es una relación preciosa que todos deberíamos cultivar un poco más, independientemente de donde vivamos.

Además, como he mencionado ya antes, se da mucha importancia al poder de los vínculos familiares o con la comunidad y a escuchar lo que las personas que llegaron antes que nosotros quieren contarnos, pues es fundamental aprender del pasado para ser capaces de encarar el futuro.

EL ESTILO NARRATIVO

La prosa de Ricardo Gómez me ha encantado. La novela está narrada con un estilo cuidado, delicado y casi poético que es una delicia. Las descripciones de los escenarios consiguen que prácticamente te sientas allí mismo, expuesto a la sed, a las amenazas del desierto, y, al mismo tiempo, las partes más espirituales, durante los rituales y la narración de leyendas, te envuelven en una burbuja de paz y belleza de la que da pena salir cuando llegas a la última página. ¡Qué preciosidad de escritura!

En este sentido me ha recordado un poco a la también ganadora del Premio Anaya hace dos ediciones:Alma de elefante de Andrea Maceiras, que me fascinó igualmente por su sensibilidad, su belleza, la conexión de los protagonistas con la Tierra y el aura de misticismo y delicadeza que lo envolvía todo.

LA EDICIÓN

La edición de Anaya viene encuadernada en tapa dura e ilustrada por Laia Pámpols. Creo que el estilo de las ilustraciones ha sido un gran acierto, pues tanto el tipo de trazo, como la paleta de color se funden con esa burbuja de belleza de la que os hablaba antes, dando vida a los personajes y a cada pieza de su cultura.

EN RESUMEN

Los mapas del agua de Ricardo Gómez ha sido un lujo de lectura. Una historia de crecimiento bellísima, un viaje físico hasta un lugar remoto del mundo y emocional por el interior de la pequeña Nanga, que nos habla de autoconfianza, de diversidad cultural, del sentimiento de comunidad y de ese vínculo irrompible que deberíamos tener todos con la Tierra que nos sirve de hogar.

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