«La señorita Bubble» de Ledicia Costas

La señorita Bubble Ledicia Costas reseña

Creo que no te descubro nada si te digo que Ledicia Costas escribe de maravilla. Pero, con esta primera aventura de La señorita Bubble, me ha dejado totalmente fascinada.

¡Es que el inicio de esta colección middle grade es tan magistral que te prometo que sigo obsesionada con él, aunque hace ya semanas que me lo leí!

Así que esta vez, la frase de «me atrapó desde la primera línea» no lleva ni una pizca de exageración. ¡Desde la primera línea y hasta el final! Y, por supuesto, ya estoy deseando leer el siguiente tomo.

Pero centrémonos y empecemos por el principio.

¿Quién es La señorita Bubble?

Pues depende a quien le preguntes.

Si hablas con los adultos de la aldea, te dirán que es una bruja caníbal, que secuestra niños y los convierte en pinchos morunos.

Pero si les preguntas a Noa y Sofi, te contarán una historia totalmente distinta.

Todo empezó el fatídico día en el que a Noa se le olvidó en casa el libro que tenía que devolver en la biblioteca del colegio.

LA señorita Bubble Ledicia Costas

No sería un asunto tan grave, de no ser porque doña Úrsula, la bibliotecaria, es alérgica a los niños y se puso hecha un basilisco en cuanto se enteró. ¡Si hasta envió a Noa y a su hermana Sofi al despacho de la directora!

Por suerte, la directora no estaba allí cuando llegaron. Así que las niñas decidieron que lo mejor para evitar el castigo era escaparse del colegio.

Y fue entonces, en plena huida, cuando se toparon con la bruja caníbal devoradora de niños.

O, mejor dicho…

Con la señorita Bubble, una inventora inglesa que lleva un parche en ojo y conduce un estrafalario coche a vapor.

La mujer, lejos de resultar malvada, desde el primer momento se mostró dispuesta a ayudar a las niñas a solucionar el lío en el que se habían metido.

Y así fue cómo Noa y Sofi conocieron la mansión Bubble y todas las maravillas que se escondían en su interior, incluido Vincent, un niño con un corazón muy especial.

Pero los adultos, completamente intransigentes y aferrados a sus prejuicios, decidieron hacer oídos sordos a lo que las niñas trataban de explicarles sobre la inventora y apostar por la violencia y el rechazo hacia la persona que no cumple con sus estándares de «normalidad».

¿Conseguirán hacerles entrar en razón y salvar la mansión Bubble?

Lo que más me ha gustado de La señorita Bubble

La primera aventura de La señorita Bubble es una novela infantil preciosa y entretenida, con una estética steampunk muy original. Me hizo disfrutar muchísimo durante la lectura, no solo por la trama, por el modo en que estaba escrito o por sus adorables personajes, sino también por permitirme acceder a la mansión Bubble para ir descubriendo todos sus secretos.

El inicio

Ya os lo he dicho. Estoy obsesionada con el inicio de este libro. Como lectora porque me presentó un libro que apuntaba que iba a amar. Y como escritora porque me sirvió de aprendizaje y, además de sentir mucha envidia sana por lo bien que escribe Ledicia, me inspiró a seguir practicando y experimentando.

En serio, tenéis que leerlo. Y ya no vais a poder parar, así que…

La mansión Bubble

La mansión en la que vive nuestra inventora favorita es un mundo aparte dentro del libro.

Digamos que la trama en sí se ambienta en el mundo real, donde viven Noa y Sofi, pero una vez que traspasamos la cancela de la mansión, nos trasladamos a un mundo fantástico y rico en detalles.

En cada rincón nos podemos encontrar inventos deliciosos, artilugios insólitos, engranajes de todo tipo, animales maravillosos… y sobre todo muchísimo amor.

¡Es fascinante ir descubriendo todas las sorpresas que se esconden entre sus paredes y a lo largo de sus terrenos!

El estilo narrativo

Ledicia Costas nos narra la historia con un estilo directo que me ha encantado. Lo que se tiene que decir, se dice, y ya está. Sin eufemismos, sin rodeos. Incluso las niñas, cuando tienen algo que comentar, lo hacen de un modo natural, sin ningún tipo de remilgos.

Además, el ritmo es bastante ágil y todo está salpicado con un montón de toques de humor.

Los personajes

Los protagonistas de esta primera aventura son de esos que se quedan contigo después de cerrar el libro tras el final.

En especial la señorita Bubble, claro. Con su parche en el ojo, sus vestidos victorianos, su sombrero con forma de chimenea… Quizá ya con eso impacta, muestra que no vamos a encontrar a nadie como ella. Pero lo que de verdad conquista es cómo defiende su estilo de vida, sus creencias, aquello que ama… y además está llena de ingenio y bondad.

La relación entre las hermanas también me ha parecido preciosa. Noa, la mayor, es un poco más prudente, más reflexiva y por supuesto cuida con ternura a su hermana. Sofi, la pequeña, es mucho más lanzada, incapaz de mantenerse callada, pero genuinamente llena de amor. Además, como niña asmática que fui, agradezco la representación que se hace en este libro. También es muy bonito ver todo lo que aprenden de la señorita Bubble y cómo la inventora influye en ellas.

De Vincent prefiero no hablar y que lo conozcáis cuando lleguéis a la mansión por primera vez.

Las ilustraciones

De Andrés Meixide y a todo color. Acompañan perfectamente esa estética steampunk que rodea a la protagonista y además mantienen el mismo tono divertido del texto. Me han encantado especialmente los rostros de los personajes.

En resumen…

La primera aventura de La señorita Bubble de Ledicia Costas me pareció un inicio de serie maravilloso y que me dejó deseando seguir conociendo a sus personajes. Una lectura middle grade preciosa, tierna y divertida, con una estética superoriginal, que habla del peligro de los prejuicios y los estándares de «normalidad», pero que sobre todo habla de amor puro.

¡Recomendadísima!

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