«Pequeños restos de magia» de Gabriella Campbell

Pequeños restos de magia de Gabriella Campbell

Conocí a Gabriella Campbell hace unos cuantos años en el Festival Celsius. A partir de ahí le he estado siguiendo la pista a través de las redes y de su boletín de literatura fantástica. Y tenía muchas ganas de leerla en formato novela. Por eso, en cuanto anunció el lanzamiento de Pequeños restos de magia, supe que era el momento.

¿Por qué? Magia, ambiente noventero y gatos que hablan.

GATOS. QUE. HABLAN.

El libro me llegó en edición preciosa y con dedicatoria caligrafiada. Y, aunque he tardado en hacer la reseña, lo leí enseguida. Se coló en el puesto número uno de la pila de lecturas pendientes sin que yo pudiera evitarlo.

En serio, magia y gatos que hablan.

Pero a ver… ¿qué más hay además de gatos?

Ester lleva una vida solitaria y triste. Su madre se marchó hace tiempo, su padre aparentemente siempre está demasiado ocupado, su mejor amigo de la infancia ya no le hace ni caso y las chulitas de clase se ríen de ella.

Y, por si todo eso fuera poco, está viendo cosas muy raras. Cosas que cambian de color, gatos que le salvan la vida, letras que se mueven para escribir cosas diferentes…

Ester está tan harta ya que le da lo mismo morirse.

Hasta que un día aparece en clase una chica nueva.

Orla es como un imán para Ester. La atrae de manera irremediable y enseguida se vuelven inseparables. Sobre todo a partir del instante en el que Orla le confiesa que ella también ve cosas que cambian sin explicación aparente.

Tras acudir a la habitación de hotel donde se aloja Orla para investigar un misterioso armario, las dos chicas se verán envueltas en una aventura a través de portales, realidades alternativas, universos extraordinarios, criaturas terroríficas, gatos que hablan (te lo dije), amor, secretos y un descubrimiento que cambiará la percepción que Ester tenía de toda su vida.

¿Por qué me ha gustado Pequeños restos de magia?

Pequeños restos de magia de Gabriella Campbell

Por la fantasía compleja

Esta novela (que por cierto está dirigida a un público joven-adulto), contiene una rica mezcla de géneros.

Quizá el más evidente es la fantasía, pero no una fantasía cualquiera. La fantasía que se nos presenta es muy compleja.

A lo largo de las páginas, Ester y Orla realizan un viaje a través de distintas realidades o mundos alternativos. Y en cada una de estas paradas existen unas reglas propias del lugar y unas criaturas específicas que lo habitan, la mayoría de ellas bastante aterradoras, por cierto. Nunca sabes (ni ellas) lo que te vas a encontrar en la siguiente página, por lo que es una tensión continua y un giro sorprendente tras otro.

¿Y el final? ¡Eso sí que no me lo esperaba!

Además, como puedes ver por eso de atravesar portales a dimensiones alternativas, también incluye numerosos toques de ciencia ficción e incluso referencias a los clásicos del terror.

Es cierto que si no estás muy acostumbrado a leer ese tipo de fantasía, puede resultar un poco complicado a ratos, pero en general invita a ir con la mente totalmente abierta, a dejarse llevar y disfrutar. A mí había veces que por poco me explota la cabeza (en el buen sentido).

Referencias años 90

El ambiente del mundo real en el que vive Ester es muy noventero; casi me lo podía imaginar con un ligero tono sepia polvoriento a medida que iba leyendo.

Teléfonos fijos para llamar y recibir llamadas de los amigos (¿alguien sigue haciendo eso?), los primeros móviles tipo ladrillo, los coches ruidosos que en cualquier momento parecía que se iban a destartalar, las revistas quincenales para adolescentes (¿quién no llevó puesto un colgante de la Bravo o un anillo de los estados de ánimo de la Super Pop?) o los radiocasetes enormes.

¡Menudo viaje al pasado!

Personajes raros

Ester es la típica adolescente a la que los de su alrededor tachan de «rarita». De hecho, en el instituto se ríen de ella, le esconden las cosas y en general la dan de lado, salvo cuando puede ser blanco de algún ataque. En realidad, Ester comienza la novela siendo una persona insegura, una niña desorientada y solitaria, a la que le tocó crecer demasiado deprisa y que no entiende cómo narices funciona el mundo (no me extraña). Sin embargo, a lo largo de la aventura crece muchísimo, se conoce a sí misma, se vuelve fuerte, gana confianza en sí misma y se valora lo suficiente como para ser capaz de tomar decisiones cruciales por sí misma, pensando en ella.

Orla es un personaje muy complejo. Desde el principio atrapa a Ester con su magnetismo personal; y también a mí como lectora. Me intrigaba mucho. Quería saber más de ella, de dónde había salido, cuál era su motivación… Pero Orla es muy lista y se hace de rogar. Sabe dosificar la información que desvela sobre sí misma… Y no te voy a contar más para que lo vayas descubriendo tú.

Por supuesto, también tenemos a Lotus (el famoso gato parlante), a Álex el sirénido cantante, una bruja que colecciona recuerdos… y un sinfín de los personajes más extraños que te puedas imaginar. Y, a mí, los personajes extraños me fascinan, así que…

¿QUIÉN LO HA ESCRITO?

Gabriella Campbell

Gabriella Campbell es una escritora con raíces gallego-irlandesas, que nació en Londres y creció en España.

A lo largo de su vida ha desempeñado casi todos los trabajos que existen dentro del mundo editorial.

Como autora, ha publicado un libro de relatos, dos con consejos para escritores y varias novelas, tanto para público infantil y juvenil, como adulto (algunas de ellas escritas a cuatro manos con José Antonio Cotrina).

Junto a Cotrina, también administra la plataforma especializada en literatura fantástica Lo extraño y lo maravilloso. Allí, además de estar al tanto de todo lo que se cuece en ese mundo de fantasía, puedes adquirir sus libros (y llevártelos dedicados con caligrafía preciosa).

Y como es imposible hacer todo esto sin desfallecer, para todas estas tareas, cuenta con la inestimable ayuda de una cabra y una lechuza de peluche.

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