«Joao» de Paloma González Rubio

Joao - Paloma González Rubio

Dicen que el momento en el que lees un libro influye mucho en lo que extraes de él, en la experiencia de lectura como tal. Estoy totalmente de acuerdo. Y no puedo saber lo que habría pasado si hubiera leído Joao de Paloma González Rubio cuando me lo recomendaron hace un año. Hace un año yo era bastante distinta a como soy ahora. Lo que sí sé es que en abril de 2024, cuando por fin encontré el momento para sumergirme entre sus páginas, disfruté de su lectura a muchos niveles. La espera mereció la pena, supongo.

PERO ¿QUIÉN ES JOAO?

Espera. Si me lo permites, voy a hablarte primero de Miguel.

Miguel (también conocido como Chinche) vive en un pueblo costero junto a su madre y su hermana. Su existencia es lo que podríamos considerar «normal»: va al colegio, su madre trabaja un montón de horas en un bar, sale con sus amigos por el pueblo, juega a la consola, se pelea con su hermana…

Pero todo da un giro inesperado una mañana que salen a navegar con Juanjo, el novio de su madre. Te aviso que para describir a ese ser, la palabra «despreciable» se queda muy corta. Y Miguel y su madre terminan en el agua, en plena tormenta, a punto de ahogarse.

Ahora sí.

Joao vive con su madre Belem en el mar, a bordo del barco Meltemi y raras veces pisa tierra firme, salvo para hacer la compra y repostar. Su vida es el mar. Allí ha aprendido todo lo que sabe sobre navegación, geografía, idiomas, organización, política…

El destino quiere que las vidas de las dos familias se crucen en este momento.

Joao y Belem salvan las vidas de Miguel y su madre.

Y los cuatro, respectivamente, revolucionan la existencia de los otros. ¿A mejor o a peor? No lo sé muy bien. Depende. Sigo pensando mucho en ello.

Joao se queda unos días con Miguel y empieza a descubrir cómo es la vida en tierra. En ese entorno, se siente un poco ignorante respecto a la cultura popular o al modo de comportarse, aunque poco a poco irá aprendiendo algunas cosas. Pero el descubrimiento más grande lo hace cuando conoce a Inés, la hermana mayor de Miguel.

Por supuesto, también Miguel e Inés aprenden de Joao. Y este aprendizaje supone un punto de inflexión para ellos y determinará, aunque no lo esperen, la dirección que tomará su futuro.

Y es que, con un final de lo más intenso, ninguno de los protagonistas será el mismo que era cuando comenzó la historia.

LO QUE MÁS ME HA GUSTADO DE ESTA NOVELA

Con Joao, Paloma González Rubio ganó el Premio Alandar de literatura juvenil en 2019. Mirando solo la superficie, puede parecer una historia sencilla, pero una vez que te sumerges en ella, igual que pasa con el mar, resulta ser muy profunda y estar llena de pequeños (y no tan pequeños) aspectos que invitan a reflexionar.

EL MAR COMO ESCENARIO Y METÁFORA

Joao, la novela, es el mar.

Nos ofrece una pequeña ventana a la vida más allá de las costas, esa que la mayoría de nosotros desconocemos (a mí no me gusta ni bañarme en la playa, le tengo demasiado respeto). La realidad de las aguas profundas, los secretos de la navegación, ese mundo que gira oculto tras las olas, donde las aguas no pertenecen a nadie.

Joao Paloma González Rubio reseña

El mar es el escenario de Joao.

El mar es un personaje más de la novela.

Pero también es una invitación a analizar nuestro propio modo de vida, el uso que hacemos del agua aquí en tierra firme, la cantidad de objetos que acumulamos muchas veces sin saber siquiera el motivo, el ritmo al que nos movemos, los motivos que nos empujan a decidir nuestros caminos… todo.

Es muy interesante en este sentido ver cómo ambos niños «cuestionan» el estilo de vida del otro. Digo cuestionan, pero, en general, salvo momentos concretos, no lo juzgan, sino que lo comparan con el suyo propio, viendo las diferencias e incluso tratando de implementar en sus propias vidas lo que encuentran que les gusta más de la del otro (por ejemplo, en el caso de Miguel, se propone copiar el modo en el que Joao ordena su espacio, reflexiona sobre la relación que tienen él e Inés con su madre o intenta reducir el gasto de agua).

Sim embargo, sus madres sí son un poco más críticas con el modo en el que la otra ha decidido criar a sus hijos y, aunque se hacen todos amigos, ellas no parece que terminen de fiarse al cien por cien ni quieran intimar del todo. Supongo que, al final, los adultos siempre solemos tener más prejuicios que los niños.

EL ESTILO NARRATIVO QUE ENVUELVE A JOAO

Como ya me sucedió cuando leí Antípodas, en esta ocasión me ha vuelto a encantar cómo Paloma González Rubio introduce la geografía como un personaje más de la historia.  Además, añade un montón de conceptos sobre el mar, la navegación, los barcos… que enriquecen la historia y todo el contexto en el que se mueven los personajes.

Además de eso, la prosa de la autora es preciosa (aquí ya lo sabíamos), cuidada y me hizo transportarme allí, a donde estaba ocurriendo la historia, sufrir con los personajes y empatizar con ellos a través de lo que cada uno iba pensando o sintiendo a medida que se iban topando con las diferentes situaciones.

EN RESUMEN

Joao me pareció una novela juvenil de descubrimiento personal, con una ambientación marítima muy original y con una gran profundidad. Una historia compleja e intensa, que nos invita a contemplar otros modos de vida para reflexionar acerca del nuestro.

¿me invitas a un café?

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