Llevo un mes de abril tan loco que no sé ni en qué día vivo. Así que viajar hasta los escenarios de Un bosque en el aire de Beatriz Osés ha sido como refugiarme en una burbuja de tranquilidad donde lo único que importaba eran las historias y las personas que las estaban contando.
Por cierto, esta novela fue la ganadora del Premio Barco de Vapor 2021.
¿De qué trata Un bosque en el aire?
La novela empieza con un dramón. La madre de Borja se ha fugado con un karateka y las inversiones de su padre se están hundiendo más rápido que el Titanic. Vamos, que padre e hijo están solos y bastante arruinados.
Por suerte (o desgracia, depende de quien lo cuente) el abuelo acude a su rescate. Está dispuesto a adelantarles buena parte de la herencia que les corresponde… con condiciones. La primera de ellas es que tienen que ir al pueblo para firmar los papeles.
Y aunque no les hace nada de gracia dejar su vida urbanita de tecnología y actividades sociales, no les queda más remedio que acceder a la petición del abuelo. Hacen la maleta (una pequeñita) y se ponen en camino, convencidos de que en un solo día arreglarán todos los papeles y podrán regresar a casa con la herencia en el bolsillo.
Pues no.
Lo que iba a ser una sola noche en el pueblo, se convierte en una estancia indefinida para cumplir el requisito impuesto por el abuelo: plantar un bosque en las afueras del pueblo.
Arruinados como están, Borja y su padre no tienen más opción que pasar los siguientes meses cavando agujeros, plantando árboles y escuchando las historias que los estrafalarios vecinos del pueblo se empeñan en contarles.
¿Por qué me ha gustado Un bosque en el aire?
No es ningún secreto que me encanta cómo escribe Beatriz Osés. Ya lo he dicho en muchas ocasiones.
Esta novela quizá me ha parecido un poco distinta a las otras que he leído de la autora, pues me parece que es la primera que no tiene ese punto de misterio como tal, aunque sí que tenemos apariciones estelares de una bruja.
Un bosque en el aire es una novela más calmada, sobre la importancia de la naturaleza y de la convivencia con los demás. Una historia tejida a base de historias que los dos protagonistas escucharán, primero a la fuerza y luego con interés, atrapados por la curiosidad y por esa nueva perspectiva de vida que poco a poco van aprendiendo.
Personajes únicos
Beatriz Osés tiene una habilidad especial para crear personajes peculiares, divertidos y tiernos al mismo tiempo. Y esta vez no ha sido una excepción.
Empezando por el protagonista. Borja es un niño de doce años, bastante pijo, ataviado con su reloj superinteligente, armado con un vocabulario lleno de anglicismos y miembro de un club de golf, que lo último que esperaba en su vida era tener que trasladarse a un pueblo perdido en medio de la nada donde la media de edad de los habitantes está por encima de la fijada para la jubilación.
Tanto él como su padre se muestran reticentes a relacionarse con los vecinos del abuelo (y con el abuelo, la vedad), pero no les quedará más remedio, pues tienen que trabajar con ellos en la reforestación del bosque y comer con ellos en el único bar del pueblo.
Así, a medida que ellos los conocen (a su pesar), también los lectores los vamos conociendo y deleitándonos con sus extravagantes historias, todas ellas relacionadas con una especie de árbol y muchas influenciadas por la visita de una bruja.
No quiero hablar de cada uno de los personajes, porque lo bonito es irse sorprendiendo con ellos a medida que avanzas en la lectura, pero os prometo que hay historias de todo tipo: amor, aventura, peligros, sueños hechos realidad… Y que protagonizan escenas desternillantes.
Una historia llena de historias
Lo más bonito de esta novela, para mi gusto, es que está construida a través de otras muchas historias: esas que los personajes vivieron en algún momento de sus vidas y que ahora narran para que Borja (y nosotros) las conozcamos.
El estilo narrativo es muy ágil y está lleno de humor. Cada una de las historias es diferente a las demás, pero todas tienen en común que están unidas a un árbol y que son divertidísimas.
Estas historias no solo servirán para amenizar el duro trabajo de reforestar el bosque, sino para mostrar a Borja y a su padre que la vida en el pueblo no es tan mala como ellos piensan, que si escuchas lo que otros quieren contarte te puedes llevar muchas sorpresas agradables y que precisamente el bosque es el lugar perfecto para que surja la magia.
Por las ilustraciones
¡Ay, cuánto me ha gustado poder ver a los personajes! Ya he dicho que los personajes de Beatriz Osés son únicos. Pues Luna Pan, a través de sus pinturas, ha conseguido darles vida, con sus peculiaridades, sus expresiones y los fantásticos escenarios en los que se sitúan sus historias. Me ha encantado poder verlos plasmados en las páginas. Me han gustado mucho todas, pero creo que la del olivo tomando el mando de la casa ha sido mi favorita.